Turismo a base de rutas en Castilla y León
La sostenibilidad jugará un papel importante en el desarrollo del turismo de la comunidad
La Plaza Mayor de Salamanca recibe muchos visitantes a lo largo del año
Ejemplo de uno de los edificios característicos de La Alberca
Gráfico con la evolución del número de viajeros en Castilla y León dese el año 1995
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NATURALEZA
Actualizado 12/03/2024 12:29:35

Unos 9 millones de personas visitan Castilla y León cada año, frente a los 2 que lo hacían en los años 90. La oferta de establecimientos y el impacto económico están marcando máximos históricos

"Castilla miserable, ayer dominadora, envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora. El verso que Antonio Machado publicó en Campos de Castilla en 1912 describía un paisaje decadente, tan testigo de glorias pasadas como carente de cualquier futuro. Personas que miraban impasibles la ruina de su patrimonio, acuciadas por necesidades más urgentes de atender, como el hambre o la desesperanza. ¿Qué es Castilla y León un siglo después? Políticos, geógrafos o antropólogos tratarán de definirlo, pero seguramente será trabajo del poeta acertar en la descripción. Por nuestra parte, como periodistas castellanos y leoneses, sólo aspiramos a definir qué Castilla y León queremos contar, que no es otra que la que construimos día a día quienes la habitamos.

Una Castilla y León llena de atractivos (y no solo vacía de pobladores), cuyo paisaje y patrimonio se ha desprendido en los últimos años de los harapos machadianos para desplegar un potencial cultural, natural, patrimonial y turístico de primer orden, alternativo a la España de sol, playa y sangría.

Una Castilla y León que descubren cada año más personas, atraídas por el patrimonio y la naturaleza, pero también por las acciones que la propia ciudadanía ha ido impulsando para ampliar el espectro económico de sus pueblos. En 1995 –primer año registrado-, 2.272.559 personas visitaron la Comunidad. La cifra que se duplicó apenas cinco años después, en 2000, para continuar una pronunciada tendencia solo interrumpida por la pandemia.

Casi 9 millones de personas recorrieron nuestras calles, bosques y senderos en 2019, una cifra que aún no se ha recuperado el pasado ejercicio, pero que podría rebasarse este 2023 a tenor de los datos del primer trimestre: 1,3 millones de visitantes hasta marzo, sin contar una Semana Santa que ha batido todos los récords, con un impacto de más de 83 millones de euros, un 35% más que la campaña anterior y un 23% más que en 2019.

45 años en adelante es la edad de más de la mitad de las personas que visitan la región

El sector todavía no es capaz de compensar los problemas estructurales que tiene la región, como el abandono del mundo rural y la despoblación. Pero existen ejemplos esperanzadores que marcan un camino. “Desde la década de los noventa comenzó a replantearse la idea del campo como un espacio orientado exclusivamente a la producción de alimentos destinados al consumo de la población. Se empezó a plantear la posibilidad de llevar a cabo nuevas actividades económicas, culturales, sociales y ecológicas para diversificar su economía”, describe el doctor en Geografía y profesor de la UNED Julio Fernández Portela. En su investigación Las rutas del vino como motores de dinamización socio-territorial: el caso de Castilla y León ha analizado los datos e informes de los visitantes de bodegas y museos dedicados al mundo del vino, que crecieron un 167 % en la década entre 2008 y 2017, hasta los 3,2 millones, y la tendencia continúa, con más rutas y bodegas visitables. Un ejemplo que puede extrapolarse a la naturaleza, el patrimonio o la gastronomía.

Con estrategia

La proximidad de Madrid es una aliada. En marzo de 2023, tres de cada diez visitantes eran madrileños. La cara contraria de la gentrificación es la paz de nuestros pueblos y capitales, donde buscan experiencias, paseo y comida. Y es ahí donde está la clave.

El 2023 será año de récords

Sólo en Semana Santa, el turismo dejó un impacto económico de más de 83 millones de euros, un 23 % más que antes de la pandemia

Porque no todas las acciones funcionan exitosamente. Un ejemplo ha sido, en estas dos décadas, la proliferación de pequeños museos locales dedicados a la etnografía, las labores agrícolas o a la divulgación sobre la comarca. Algunos, meras salas de exposiciones temporales sin programación estratégica. “El turista pasea mucho (y come y bebe) antes de encerrarse en un museo. Los museos por sí mismos, contrariamente a lo que imaginan muchos alcaldes, no originan una llegada cuantiosa de visitantes”.

Los datos reflejan que, sin esa estrategia, los museos locales no tienen capacidad para generar turismo y algunos terminan cerrando. El censo del Ministerio de Cultura muestra una caída de los 199 museos de 2012 a los 121 de 2020.

¿Cuál es, pues, la clave para subirse a esta tendencia? Para averiguarlo hay que comprender mejor quiénes son esos 9 millones de turistas. Más de la mitad superan los 45 años de edad (el 55,8 %, según los datos de 2022 del Observatorio Turístico de Castilla y León). Y otro dato importante es que el 56 % tiene estudios universitarios y un 33,8 % tiene al menos el bachillerato o formación profesional. Un perfil de viajero hedonista, con capacidad adquisitiva, que ve en Castilla y León un espacio para el placer y que dejó más de 2.191 millones de euros en el año 2022.

El turismo sostenible es el reto futuro, con un 52 % de superficie forestal en la Comunidad

Coincide en ello el investigador soriano Joaquín Latorre, que ha profundizado en el sector del micoturismo en su tesis doctoral para la Universidad de Valladolid. Observa que los turistas interesados por el mundo micológico muestran tres dimensiones motivacionales: crecimiento personal, desconexión y nostalgia. Y los clasifica entre “buscadores de emociones”, con un nivel de estudios alto y un propósito de disfrute; y los “buscadores de ocio”, más centrados en estancias cortas y excursiones de un día.

Además, repiten: siete de cada diez visitantes habían estado ya anteriormente en Castilla y León, según el Plan Estratégico Turístico de la Junta. Y en eso juega un papel importante la calidad del alojamiento, donde invierten el 23 % de su presupuesto de viaje. La oferta hotelera tradicional se ha diversificado con otros modelos, desde las casas rurales hasta las viviendas privadas de uso turístico, pasando por campings o incluso áreas de autocaravanas. De hecho, marzo de 2023 terminó con 10.538 establecimientos turísticos registrados en la Comunidad, –frente a los 1.460 de 1995-, con un récord de 191.916 plazas. Un elemento diferencial es la hospitalidad castellanoleonesa. Según el Plan Estratégico, las encuestas reflejan que la atención recibida es el elemento mejor valorado por la demanda en la región, según el Plan Estratégico.

Una vez superado el bache pandémico, toca definir hacia dónde queremos ver crecer nuestro turismo. Y aquí entra en juego la sostenibilidad, especialmente relevante si tenemos en cuenta la importancia de nuestros bosques: el 52 % de la superficie total de 9,4 millones de hectáreas es terreno forestal, con una biomasa de 190 millones de toneladas capaz de almacenar 95 millones de toneladas de CO2. Un potencial económico a menudo desconocido que, unido al ecoturismo, puede acercarnos más a ese futuro verde que merece Castilla y León.

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