Historias, energías y enigmas que se difunden de generación en generación y conforman una provincia cargada de misterio
Campanas que resuenan bajo el fondo del agua. Apariciones del diablo. La presencia de la Santa Compaña o la brujería. Miles de relatos que forman Zamora, la provincia de las mil leyendas. Cientos de relatos sobre una provincia cargada de historias, energías y enigmas. Relatos que se difunden de generación en generación. Vivencias que pueden o no ser ciertas, pero que erizan la piel de todo aquel que las escucha por primera vez.
Zamora cuenta con el lago de origen natural más grande de España y el mayor de origen glaciar de toda Europa, un lugar al que acuden miles de turistas a lo largo del año y que se refrescan en sus aguas durante la época estival. Pero, alberga un gran halo de misterio: esquilas que retumban en el fondo del lago cada noche de San Juan. Y, es que, Sanabria es tierra de leyendas, historias fantásticas, donde los conjuros y el mal de ojo son protagonistas.
Valverde de Lucerna es el nombre del pueblo sumergido en las aguas del lago. Un paraje donde resuenan campanas cada San Juan. Una maldición que cayó sobre este municipio ante el egoísmo y la falta de caridad de sus gentes. Un peregrino, que resultó ser Jesucristo, llamó a sus puertas pidiendo cobijo. Todos se negaron a ayudarle. Así comenzó la tragedia.
La Santa Compaña también es conocida en Sanabria. En un pueblo de la comarca, Felipe salió a moler el trigo en la noche de Todos los Santos sin hacer caso de las advertencias. Mientras todos los vecinos se refugiaban para no morir, él decidió hacer su trabajo. En la oscuridad del bosque, figuras desfilaban, arrastrando sus sudarios en un camino iluminado por la luz de las velas. Con los ojos vacíos y la fría noche, pensó que la pesadilla había acabado, pero no. Uno de ellos se le acercó, era su padre. Preso del pánico, su progenitor le advirtió que el día de Todos los Santos, acudiera a la iglesia para rezar por su alma y que la maldición de la Santa Compaña no recayera sobre él. Así lo hizo, cumplió con su promesa para no desfilar por pesar la noche de los difuntos.
Pero hay más historias, también sobre la aparición del diablo. En Almaraz de Duero, varios paisanos volvían a Zamora cuando se desató una gran tormenta. Mientras el regato del arroyo Joyalada se desbordó, el diablo hizo su mejor aparición: prometió construir un puente a cambio del miembro más joven, una niña de corta edad. Fue entonces cuando apareció un ángel que lanzó un rayo y destruyó el acueducto, convirtiéndose en los infiernos de Almaraz, tal y como describió el propio demonio. Regresaron a casa, a salvo, con una historia para recordar.
Historias aterradoras, cargadas de misterio y de magia que pasan de boca en boca. De generación en generación. Relatos de terror, de ánimas, de demonios, de campanas que retumban bajo las aguas de un lago de un pueblo enterrado. Historias de Zamora ocultas, que no aparecen en guías turísticas, que sorprenden a todo aquel que las escucha. Que erizan la piel. Y aterran a cualquiera.
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