Venta de Baños ha inaugurado este 2023 su Museo del Ferrocarril, después de tres décadas de esfuerzo por proteger el patrimonio de este pueblo que creció gracias al tren
La llegada del tren a muchas ciudades supuso un antes y un después. Para Venta de Baños, directamente, fue el comienzo: esta localidad palentina nació junto a una fonda conocida como La Venta muy cerca del pueblo de Baños de Cerrato. El 1 de agosto 1980 se inauguraba la estación de tren de Venta de Baños, que pronto se convirtió en todo un hervidero de vida y desarrollo para toda la comarca. Y el 20 de enero de 2023, Venta de Baños anotaba otra fecha para el recuerdo en su calendario: la inauguración del tan deseado Museo del Ferrocarril, en la que colectivos vecinales y ayuntamiento han trabajado durante tres décadas.
«Quien haya conocido esta estación, cierra los ojos y la ve llena de paquetes, maletas, gentes esperando los trenes en los andenes. Familias sentadas en los bancos comiendo filetes empanados y bebiendo gaseosa», explica Fernando Rodríguez Garrapucho, vicepresidente de Avenfer, la asociación venteña de amigos del ferrocarril que en los últimos treinta años se ha obstinado en recuperar y proteger el patrimonio vinculado a la vida ferroviaria de esta localidad cerrateña en la que llegaron a trabajar más de 1.000 personas vinculadas a La Renfe.
El 1 de agosto 1980 se inauguraba la estación de tren de Venta de Baños.
En España, el primer ferrocarril se inauguró entre Barcelona y Mataró en 1848. Después llegó la línea Madrid-Aranjuez, en 1851, y a partir de ahí las vías se expandieron hacia el resto de la geografía, con especial interés en la línea entre Madrid e Irún para unir las capitales de España y Francia. Y la venta de Baños de Cerrato era ya un nudo en las rutas habituales entre esos territorios: “un lugar de parada obligada para el servicio de correos, así como el aprovisionamiento y descanso de viajeros y caballerías”, detalla el también autor de los textos del nuevo Museo.
“Cada patrimonio está cargado de un carácter. El ferroviario, en su diversidad, tiene verdaderas obras de arte”
El flamante espacio museográfico se asienta en el Centro Cultural La Briquetera, la fábrica de briquetas o ladrillos de carbón y brea que se usaban en la combustión de las locomotoras. Aunque ha abierto sus puertas este año, quedan algunos sueños por cumplir: como hacer posible un régimen de visitas que incluya también trayectos en la locomotora histórica La Verraco. Hoy por hoy, el Museo del Ferrocarril es una opción ideal para acercanos al patrimonio ferroviario. «Cada patrimonio está cargado de un carácter particular. El ferroviario, en su diversidad, va desde el terreno más sencillo de trazados antiguos hasta el terreno más sofisticado de la señalización de alta velocidad, pasando por verdaderas obras de arte, líneas, vehículos, emplazamientos y toda clase de instalaciones», añade Rodríguez Garrapucho.
La “venta” de Baños de Cerrato era parada en la ruta Madrid-Irún. El tren la convirtió en pueblo
Gracias a las donaciones de material y documentos de los antiguos trabajadores ferroviarios y de la colaboración de Renfe y de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril, hoy es posible conocer de cerca esas piezas cotidianas en siglo y medio de historia: desde faroles hasta vagones históricos como el ‘Piojo Verde’, un automotor a vapor de un solo coche en el que los maquinistas iban en el mismo espacio que el pasaje. Una pieza única en España reparada y preservada desde hace años por Avenfer. Una maqueta de tren en miniatura permite a los niños “cabalgar” a lomos de los vagones en la zona exterior del museo, mientras que en su interior se comprende, pieza a pieza, la evolución y vida de un medio de locomoción que cambió nuestra historia y construyó la venteña.
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