Peregrinos de la Cruz

Recorrer el Camino de Santiago puede ser una actividad de paz e introspección… O todo lo contrario: el año pasado, un total de 437.507 personas anduvieron la Ruta Jacobea, la mitad por el Camino Francés. Cada vez son más quienes buscan rutas alternativas que, si bien no disponen de la misma cantidad de infraestructuras para el peregrino, permiten caminar en verdadera calma.

Es el caso del Camino Lebaniego Castellano, una tendencia creciente especialmente en este Año Jubilar Lebaniego que comenzó el pasado 16 de abril con la apertura de la Puerta del Perdón del Monasterio de Santo Toribio de Liébana, en Cantabria. Una ruta que hasta ahora realizaban unas 150 personas al año. “Estamos sorprendidos por el interés, cada día estamos entregando credenciales”, confirman desde la Oficina de Turismo de Palencia. Se trata de un itinerario histórico impulsado en los últimos años por la Diputación de Palencia, en colaboración con entidades como la Fundación Camino Lebaniego. Quienes la recorrían desde la Edad Media buscaban alcanzar el Monasterio de Santo Toribio de Liébana –muy cerca de Potes- para venerar su lignum crucis.

Toda la información está disponible en ‘caminolebaniegocastellano.es’

Santo Toribio de Palencia fue el fundador del Monasterio en el siglo VI. Tiempo atrás, otro Santo Toribio, en este caso el obispo de Astorga (402–476), tenía en sus manos varias reliquias traídas de Jerusalén, entre ellas un fragmento del brazo izquierdo de la Cruz de Cristo (Lignum Crucis). En el siglo VIII, los restos del obispo y la reliquia fueron trasladados al monasterio fundado por el Toribio palentino. El Camino Lebaniego Castellano se inicia en la ciudad de Palencia y recorre la provincia de sur a norte siguiendo la sirga del Canal de Castilla, para penetrar después en Cantabria y descender las montañas.

La prestigiosa guía gronze.es ha trazado la información referente a albergues, itinerarios y servicios en cada una de sus diez etapas, con un total de 222 kilómetros. Una ruta cargada de historia, jalonada por el arte románico y la naturaleza, coronado por los fascinantes paisajes de la Cordillera Cantábrica, totalmente transformador para sus “peregrinos de la cruz”.