Saldaña y la comarca palentina de La Vega bien merecen una escapada de fin de semana. Estos son solo algunos de los atractivos que ofrece al visitante
Es fácil adivinar por qué los romanos eligieron la Vega de Saldaña para erigir algunas de sus más fastuosas mansiones. Un entorno agradable y fecundas tierras de cultivo bañadas por el río Carrión hacían de este rincón de la meseta un lugar idóneo para establecerse, de la misma manera que lo es hoy. La Villa Romana La Olmeda (VRO), esa gran mansión del Bajo Imperio (siglo XIV d.C.) en Pedrosa de La Vega, conecta el ayer y el hoy de una comarca dinámica, llena de atractivos patrimoniales, paisajísticos, culturales y gastronómicos. Visitar esta domus es un “must” para todo amante del mundo romano de la antigua Hispania, pues se trata de una de las villas más importantes de las halladas en la península. Más de 40.000 personas la visitaron el pasado año, sin embargo, es solo uno de los múltiples atractivos que tiene esta comarca palentina. Siguiendo con el mundo romano, Saldaña, su municipio cabecera, alberga el museo dedicado a los hallazgos arqueológicos de la VRO, desde donde podemos aprovechar para recorrer sus calles y plazas llenas de historia.
La importancia histórica de Saldaña dejó su impronta en rincones como su Plaza Vieja, recientemente restaurada. Antigua plaza mayor de la Villa, no lejos del castillo, remonta sus orígenes a los siglos X-XI, época de esplendor del Condado de Saldaña, aunque el conjunto actual es en gran parte obra del XVI al XVIII. Testigo privilegiado de la historia saldañesa y solar de las casas de los linajes más ilustres de la Villa, como los Cartagena (que cobijó a Fernando el Católico, en torno a 1508).
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Es uno de los elementos urbanos mejor conservados de Castilla y León, declarado centro del Conjunto Histórico en 1996. Desde su Plaza Vieja, el paseo por sus calles –con singularidades como la Casa Torcida, hoy un restaurante- y plazas está lleno de vida, gracias en parte a una activa oferta gastronómica dominada por sus populares Alubias de Saldaña, pero también a una histórica tradición vinculada con el comercio: mantiene uno de los mercados más antiguos de España, concedido en 1502.
Un recorrido en el que nos sorprenderemos con los restos del Castillo de los Condes de Saldaña, la Casa del Marqués de la Valdavia, el Asilo de Santa Catalina, la Iglesia de San Miguel o La Casona.
Los amantes de la naturaleza no pueden marcharse de Saldaña sin disfrutar de una de sus rutas cicloturistas y de senderismo o pasear con los más pequeños de la casa por el Parque Javier Cortes -en honor al descubridor y protector de la Villa Romana La Olmeda-. En este precioso entorno podemos disfrutar de 30.000 metros cuadrados de vegetación, palomares, pajareras, estanques y áreas recreativas.
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