La Villa Romana La Olmeda es una de las domus del Imperio más importantes de Europa y el mayor de la antigua Hispania. A su visita se añade el atractivo de los conciertos de hydraulis
Asomarse al gran salón del Oecus de la Villa Romana La Olmeda, en Pedrosa de la Vega (Palencia) es aventurarse a un viaje al pasado.
Desde el pasillo habilitado para los visitantes que recorren este palacio rural de la antigua Hispania, el más importante de la península y entre los mejor conservados de Europa, Aquiles nos mira desafiante a través del tiempo, mientras trata de huir de la isla de Esciros, desprendiéndose del disfraz de mujer que le ha llevado hasta su amada Deidamía. Es solo uno de los múltiples detalles fascinantes que este yacimiento, principal recurso turístico de la provincia de Palencia, regala a nuestros sentidos.
Porque en la actualidad, además de mirar (sin pestañear) sus maravillosos mosaicos figurativos, podemos también escuchar cómo sonaba el mundo romano gracias a la primera programación de conciertos de hydraulis del mundo en una villa romana. O, mejor dicho, la primera en unos 1.500 años...
En el verano de 1968, Javier Cortes y sus trabajadores hallaron restos arqueológicos bajo la tierra durante la realización de labores agrícolas en una parcela del municipio palentino de Pedrosa de la Vega, a pocos kilómetros de Saldaña. Así, de manera fortuita, Cortes se convirtió en el principal protector y mecenas del yacimiento oculto bajo sus tierras, que donaría más tarde a la Diputación de Palencia por su valor histórico y monumental. Y es que, a medida que avanzaban las excavaciones, se iba desvelando una espléndida villa rural con aires palaciegos que vivió su momento de esplendor hace 1600 años.
La Villa Romana La Olmeda, es una gran mansión rural del Bajo Imperio (s. IV d.C.), cuyo edificio principal o pars urbana es de planta cuadrada flanqueada por torres en cada esquina, dispuesto en torno a un patio central y peristilo. Esta villa palaciega abarca una extensión en superficie de 4.400 m² con un total de 35 habitaciones repartidas entre la vivienda principal y los baños, 26 de las cuales están decoradas con 1.450 m² de mosaicos polícromos conservados in situ. El conjunto fue declarado Bien de Interés Cultural en 1996.
El Oecus o salón principal, de 175 m², conserva en muy buen estado uno de los principales mosaicos figurativos de época romana que se conservan en Europa, esa escena de Aquiles bajo la cual también podemos ver imágenes de gran realismo sobre una cacería: cazadores a pie y a caballo entre animales de gran veracidad anatómica, propios de la fauna ibérica y de África.
La Villa Romana La Olmeda se descubrió fortuitamente en Pedrosa de la Vega (Palencia) en 1968
Los baños o Balnea de la Villa son también dignos de admirar. Constituyen un espacio diferenciado en el sector oeste del edificio principal, un complejo termal anexo con una superficie de algo más de 900 m², con vestuarios y piscinas de agua fría, templada y caliente.
Más de 40.000 personas visitaron en 2022 este fantástico yacimiento, que cuenta este invierno y primavera con un atractivo añadido: los conciertos de Hydraulis. En marzo de 2022 se inauguraba en la Villa Romana La Olmeda la primera recreación de un órgano grecorromano, denominado hydraulis, creada por la empresa palentina Acitores Organería y Arte, de Torquemada, un referente internacional en este sector artesano. Este órgano grecorromano es el primer instrumento de tecla de la historia, cuya invención se atribuye a Ctesibius de Alejandría (285-222 a.C.).
Su nacimiento parte del deseo de hacer sonar de manera polifónica un grupo de flautas mediante un mecanismo de teclado sin tener que soplar o actuar con los dedos sobre los tubos, como en el aulos. De su importancia en la Antigüedad hablan las fuentes documentales: Nerón fue un gran intérprete de este instrumento del que escribió el propio Aristóteles, mientras que eruditos de la época como Marco Lucio Virtubio o Herón de Alejandría se afanaron en describirlo, como lo hicieron también sabios medievales como San Agustín, San Isidoro o Alfonso X.
“Para el impulso de aire, accionado por operarios mientras el intérprete actuaba, se utilizaban unos cilíndros con un émbolo interior que insuflaba el viento en un recipiente con agua. Ésta ejercía una presión sobre el aire al ser desalojada por éste, regulando la presión de un modo muy estable”, explica el maestro organero Federico Acitores, quien ha dirigido la investigación y construcción. “Viene a ser un ejemplo más de la importante ingeniería desarrollada por estas culturas para el dominio del agua”. Sin embargo, “el hydraulis ha sido un gran desconocido hasta el siglo XX”, apunta Acitores, porque los grandes hallazgos arqueológicos han tenido lugar en la época moderna. Hallazgos de terracotas, monedas y medallas, lápidas o mosaicos, como el de Noheda (Cuenca), Nening (Alemania) o Leptis Magna (Libia). Incluso algunos restos arqueológicos de piezas y partes de un hydraulis, el más destacado y reciente de ellos hallado en 1992 en Grecia.
Habrá conciertos casi todos los sábados de enero a mayo, incluidos en la visita
Ahora bien, construirlo implicaba conectar estos datos con otra gran laguna documental: cómo sonaba la música romana. “Se trata de un instrumento singular del que no teníamos restos. De cualquier otro objeto semejante podemos ir a verlo, medirlo, copiarlo. Pero órganos de esta época, de hace 2.200 años, parecía imposible”.
Algunas recreaciones diseñadas o incluso construidas en otros países europeos cometían errores como, por ejemplo, ponerle las 12 notas cromáticas que conocemos hoy, “cuando sabemos que la afinación romana no era cromática sino diatónica”, señala Acitores, o dar por hecho que los tubos tenían la forma y el tipo de embocadura que presentaron a partir del Renacimiento y, especialmente, en el órgano Barroco. Así pues, esta recreación plantea un instrumento de 18 tubos realizado “con materiales y técnicas adecuados a la época de origen, procurando también unas embocaduras simples y naturales, sin aplicar elementos de la organería convencional moderna”.
Tras su inauguración en 2022 y la organización de las jornadas Arqueomúsica, especializadas en la música de la Antigüedad que organiza el servicio de Cultura de la Diputación, este invierno y primavera podemos escuchar sonar el hydraulis de La Olmeda gracias a un ciclo cultural especial, organizado gracias a la Escuela Provincial de Órgano de Palencia y la Asociación cultural “Fray Domingo de Aguirre”.
El instrumento sonará durante la visita al yacimiento los sábados 13, 20 y 27 de enero; 10, 17 y 24 de febrero; 2, 9 y 16 de marzo; 6, 1 y 27 de abril y 4, 11, 18 y 25 de mayo.