Situada en el centro de la península y al sur de la provincia de Ávila
Heredera de una rica y veterana tradición vitivinícola, situada en el centro de la península y al sur de la provincia de Ávila, limitando con las provincias de Madrid y Toledo, la Denominación de Origen Protegida Cebreros fue reconocida oficialmente el 4 de abril de 2019.
Enclavada en el Sistema Ibérico Central entre el río Alberche, que da nombre al valle en el que se encentra (Valle del Alberche) y el Valle del Tiétar, en las estribaciones de la Sierra de Gredos separando ambas cuencas y proporcionando diversos microclimas, más continental-atlántico en el Alberche y más mediterráneo en el Tiétar, “proporcionan a los frutos unas característica propias y diferenciadas según la zona del viñedo, así como el terruño en el que se encuentran enclavadas las cepas y la altitud de la zona”, según manifiesta Marta Burgos, directora técnica de la denominación. Todas estas circunstancias, como cepas viejas, situadas en altitudes altas y en suelos graníticos, “dan a nuestros vinos unas características únicas e irrepetibles”.
Las variedades garnacha tinta (85%) y albillo real (15%) se reparten en la gran mayoría de la extensión del viñedo, con cepas muy viejas, de entre 60 y 80 años de edad, plantadas en suelos muy pobres de arenas de granito y esquistos de pizarra. Con una altitud sobre el nivel del mar de a partir de los 500 metros en el Valle del Tiétar hasta más de 1.000 metros en las zonas más elevadas del Valle del Alberche o Cebreros.
Para recuperar viñas antiguas, en 2015 se creó una asociación de viticultores y elaboradores de la zona, “muy poquitos, con el principal objetivo de mantener y conservar el viñedo viejo que quedaba porque, al final, el viñedo de la zona es lo más importante para crear estos vinos de calidad que se están elaborando”, porque “es un patrimonio histórico, cultural y paisajístico irrecuperable”.
Y es que “se han arrancado miles de hectáreas de viñedo en la zona, y la intención es que se dejase de arrancar este viñedo”, lo que se fue consiguiendo, desde que en 2017 se logró la denominación de origen. Así las cosas, “hasta hoy es un recorrido relativamente corto para una denominación de origen, porque estamos prácticamente naciendo, pero muy intenso”, afirma la secretaria técnica de una entidad que comenzó con ocho bodegas y ahora cuenta con 25 de 14 municipios con 520 hectáreas inscritas. El objetivo, en estos años, se ha conseguido: “la verdad es que estamos contentos, sobre todo porque se ha dejado de arrancar viñedo y se está plantando viñedo”. En estos años hay 25 hectáreas “y hay solicitadas otras tantas que se irán plantando en los años venideros”.
“Los objetivos se van cumpliendo, se están haciendo vinos de calidad, y ya hay unas 125 marcas en el mercado, tanto de vinos blancos como tintos de la zona a pesar de la pandemia y de la guerra”.