Descubre este invierno la impresionante colección de edificios que ha situado a la ciudad de Palencia en la selecta Ruta Europea del Modernismo junto a ciudades como París, Barcelona o Budapest
Si hay algo que suele definir a Palencia para quien la visita por primera vez es su carácter sorprendente. Viviendo uno de sus mejores momentos en la historia del turismo reciente, la capital palentina celebra el creciente número de visitantes y el impacto de su patrimonio modernista en estas experiencias. Palencia ofrece un verdadero viaje en el tiempo con una ruta entre magníficos edificios de finales del siglo XIX y principios del siglo XX que abarca innumerables obras primas, un reflejo de la pujanza de la burguesía local en aquel periodo.
Por esta razón, en abril de 2023 los palentinos entraron oficialmente en la selecta Ruta Europea del Modernismo, al lado de ciudades como París, Barcelona o Budapest. La asociación (www.artnouveau.eu/es/) no tiene ánimo de lucro y está formada por gobiernos locales e instituciones no gubernamentales unidos por el compromiso de proteger y promocionar internacionalmente el patrimonio modernista. También se convierte en una gran comunidad para los amantes de un arte que acaricia los ojos de quien lo contempla.
La inmersión modernista en Palencia empieza en la Calle Mayor, que atesora casi un kilómetro de monumentos impactantes. Es un verdadero museo al aire libre, con obras tan elegantes como el Colegio Villandrando (1911), una de las fachadas más llamativas de todo el conjunto histórico con una reinterpretación del gótico veneciano, rematada por un bello friso del ceramista madrileño Daniel Zuloaga. Muy cerca de allí está el Consejo de Cuentas de Castilla y León (1913) con sus suntuosos balcones de hierro forjado, obra del mismo arquitecto, Jerónimo Arroyo, sin duda el gran nombre local en este estilo artístico y un personaje de inmensurable importancia para la historia de la ciudad.
Arroyo también firma el proyecto del singular edificio de su estudio (1913), a pocos pasos de los dos ya citados y que actualmente alberga la Oficina de Turismo, con magníficas vidrieras francesas de la renombrada Casa Maumejean. Pocas calles después de su despacho está su obra maestra: el majestuoso Palacio de la Diputación (1914), con una ostentosa fachada recargada de decoraciones neoclásicas y neorrenacentistas. Un verdadero coloso que no deja a nadie indiferente.
Otros puntos relevantes son el Instituto Jorge Manrique (1915) y la casa de los García Germán (1916), proyecto de Arroyo para la hija de otro gran arquitecto de este periodo, el soriano Cándido Germán.
Entre el emergente flujo de turistas extranjeros que recibe Palencia, destacan quienes buscan conocer este tipo de arquitectura
También es necesario destacar el legado del palentino Jacobo Romero, que deja maravillas propias de escenario cinematográfico, como pueden ser el Casino, que adquiere la fisionomía actual en la década de 1920, el vistoso edificio de Correos (1923), el Ayuntamiento (1878) o la que fue sede de la Federación Católica Agraria (1921), con sus torreones, cúpulas y un reloj que insiste en dar las horas de hoy mientras el alma del paseante está anclada en el pasado.
El arquitecto vallisoletano Juan Agapito y Revilla es el autor de la hermosa Plaza de Abastos (1898) y del colegio Modesto Lafuente (1897), ubicado éste en el Parque del Salón, uno de los centros neurálgicos de la vida cultural y gastronómica de la capital. En la Oficina de Turismo se pueden obtener todas las orientaciones para la ruta, incluyendo un plano temático.
Este breve listado es una pequeña muestra del modernismo palentino. Pero hay mucho más. El patrimonio modernista de la ciudad es inmenso como su Cristo del Otero (Vic- torio Macho, 1931). Es imponente como su Catedral gótica (siglo XIV). Es emocionante como su reserva de ciervos. Es cautivador como sus gentes. Es Palencia siendo Palencia: absolutamente sorprendente.
Si ya conoces la ciudad, entiendes exactamente por qué pasó a integrar esta importante ruta internacional. Si todavía no, este texto fue escrito para ti.