Tordesillas, en pleno corazón de Castilla, a orillas del río Duero y cruce de caminos desde antiguo, es un lugar de significada historia en la misma concepción universal del mundo que surgió en el siglo XV tras el descubrimiento de América, albergando nada menos la importante y trascendente firma del Tratado de Tordesillas entre los reinos de Castilla y Portugal.
Cuando se llega a Tordesillas, su propia estampa sobre un otero mirando al río y su puente medieval, da idea ya de su privilegiado emplazamiento histórico. Recorriendo su casco antiguo se saborea la historia de aquellos siglos tan trascendentes que simboliza Tordesillas, llenando la mirada del viajero de más curiosidad de la que en principio le llevó a este lugar.
Hay dos lugares destacables y emblemáticos que hay que visitar necesariamente: el Real Monasterio de Santa Clara, que fue antiguo palacio construido por Alfonso XI hacia el año 1340 y posteriormente convertido en monasterio. En él vivieron María de Padilla, esposa de Pedro I “el cruel”, así como su hija Beatriz. Las dependencias son de estilo mudéjar, y para su construcción intervinieron artistas de Toledo, dando como resultado un espléndido palacio con amplias estancias en torno a un patio, destacando muy singularmente los baños árabes, cuya visita es muy recomendable. Por su importancia histórica-artística este monasterio es considerado uno de los mejores ejemplos mudéjares de Castilla y León. Y el Museo del Tratado, ubicado en las llamadas Casas del Tratado. En dicho edificio se muestran objetos relacionados con el proceso de las negociaciones del acuerdo, como mapas, reproducciones de barcos, instrumentos de navegación, etc. Es en cierta manera un traslado aquel momento histórico de tan gran trascendencia para la historia de España y para la historia universal.
Es el 7 de junio de 1494 cuando ambos reinos firmaron este acuerdo en el que fijaban los límites de las tierras americanas descubiertas o por descubrir, dividiendo el océano Atlántico por medio de una “raya”, trazada de polo a polo a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde, quedando el hemisferio occidental para Castilla y el oriental para Portugal. De esta forma, los Reyes Católicos y el rey Juan II de Portugal, se pusieron de acuerdo sobre qué conquistas podían realizar ambos reinos en relación con el mundo recién descubierto, consiguiendo así evitar un conflicto entre ambos.
El Tratado de Tordesillas fue inscrito en 2007 por la UNESCO en el Registro de Memoria del Mundo.
Siguiendo por el casco antiguo de Tordesillas y como lugares de interés también se pueden visitar, su plaza Mayor, cuya estructura responde a las esencias de las plazas mayores castellanas, de planta cuadrada y rodeada de soportales y que data de finales del siglo XVI con reformas en siglos posteriores; la Iglesia de Santa María, levantada entre los siglos XVI y XVIII, siendo de mención su retablo barroco; la Iglesia de San Pedro de construcción gótica de finales del siglo XVI, también con destacable retablo barroco; o la Iglesia Museo de San Antolín con piezas religiosas; o el Museo del Encaje, ubicado en una casona del siglo XVI y que contiene bordados y encajes de toda Europa.
Y también en todo ese contexto histórico, no hay que olvidar otro acontecimiento a destacar, muy unido a Tordesillas, como es que aquí vivió durante 46 años Juana I de Castilla, conocida históricamente como “Juana la Loca”. En ese casi medio siglo recibiría en Tordesillas las visitas entre otros, de Carlos I, Felipe II y los Comuneros de Castilla. Triste historia la de esta reina, constituyendo su estado mental uno de los enigmas de la historia de España. Era una mujer culta e inteligente que sin embargo no fue capaz de evitar ser utilizada por reyes y nobles en sus disputas por el poder. Casada con Felipe el Hermoso, de Flandes, tras la muerte en 1504 de su madre Isabel la Católica, Juana es proclamada reina, pero fue obligada a aceptar compartir el reinado con su marido y con su padre Fernando. Tras la muerte de su marido se la declaró incapacitada para ejercer las tareas de gobierno y es el 18 de febrero de 1509 cuando llega a Tordesillas en la que vivirá hasta su muerte en 1555.
Además Tordesillas durante todo el año también ofrece diversas celebraciones y eventos de los que poder disfrutar, como la concentración internacional de motoristas “Motauros” que suele celebrase todos los años en enero, en marzo la conmemoración de la llegada de Juana I de Castilla a Tordesillas, en mayo la concentración de motos históricas, en junio la conmemoración del tratado de Tordesillas, o en septiembre las fiestas patronales con el Toro de la Vega, entre otros.
Tordesillas, una opción para disfrutar y reconocer la historia.