Turismo, naturaleza, historia, leyendas y tradiciones en ocho itinerarios promocionados por la Diputación Provincial de Segovia
Las ocho moto rutas circulares por la provincia de Segovia suman cerca de 2.000 kilómetros. Cada una de ellas tiene un recorrido aproximado de 238 kilómetros y una duración que ronda las cinco horas, a una velocidad media de 60 kilómetros por hora.
Con esta propuesta se busca explorar la provincia de Segovia saboreando el paisaje, disfrutando de cada momento, de la brisa de la montaña y de la historia de cada rincón de los pueblos que atraviesan los itinerarios con inspiradores nombres que invitan a descubrir historias y leyendas.
‘El Monje’, ‘El diablillo’, ‘El tuerto Pirón’, ’El pino de las mentiras’, ‘El cofre’, ‘El buen amor’, ‘La pedigüeña’ y ‘La bruja’ conforman las rutas que transcurren por localidades segovianas como Sotosalbos, Riofrío, Turégano, Bernardos o Aguilafuente, entre otras.
A caballo entre Segovia y Madrid, esta ruta recorre lugares emblemáticos como Navafría, Pedraza y el Real Sitio de San Ildefonso, en la provincia segoviana, y Rascafría o Miraflores de la Sierra, en la cercana comunidad madrileña. Circulando por la Sierra Norte de Guadarrama, asciende hasta cuatro puertos de entre 1500 y 2000 metros de altitud, entre Navacerrada, el Puerto de la Morcuera, el de Canencia y el Puerto de Navafría.
Es una de las propuestas más turísticas y posibilita conocer la historia de villas tan simbólicas como su punto de partida, Sepúlveda, y la estación de esquí de La Pinilla. Las empedradas calles de Pedraza, el encanto románico de Sotosalbos, la historia del Palacio Real de Riofrío, la capital segoviana y Turégano, el único Pueblo Mágico de la provincia, son algunos de los tesoros que encierra este itinerario.
La ruta coronada por los impresionantes castillos de Cuéllar y Coca, recorre Nava de la Asunción, Segovia y Turégano. Su trazado permite saborear poblaciones como la de Migueláñez, que cuenta con una antigua fábrica de chocolate, o Bernardos con su muestra de grabados rupestres o petroglifos.
El olor a pino resinero envuelve esta ruta que parte de Coca y pasa por Santa María la Real de Nieva, la conocida localidad de Cantimpalos con su chorizo con Indicación Geográfica Protegida (IGP), la villa romana de Aguilafuente o la ciudad de Segovia a su paso por la iglesia de la Vera Cruz de la Orden de Malta.
Jalonada por pequeños pueblos segovianos, el punto más llamativo de esta ruta es el Mirador de San Frutos, un lugar perfecto para descubrir las Hoces del Río Duratón.
Es la más larga de todas, con 332 kilómetros. La ‘ruta reina’ es un viaje con encanto por Ayllón, Maderuelo, la Cueva de los Enebralejos o Riaza. En definitiva, una simbiosis de historia y naturaleza a flor de piel.
Por el norte de la provincia segoviana permite, incluso, una incursión por Burgos. Prádena, el condado de Castilnovo, el Duratón, Fuentesaúco de Fuentidueña o Valtiendas son parada y fonda de esta propuesta que llega a los puntos más recónditos.
Por el noroeste de Segovia, con eje en Villacastín, este recorrido viaja entre Segovia y Ávila, con paradas obligatorias en el encantador pueblo de Valdeprados o en el Palacio Real de Riofrío.