El chef Helio Flores asegura que es necesaria una mayor implicación para favorecer la gastronomía como bandera de la comunidad.
“Salamanca no tiene que destacar en gastronomía, destaca ya de largo en productos de gastronomía y por muchas cosas, entre otras por el cerdo ibérico”. Así de contundente se muestra Helio Flores, chef y alma de Los Álamos Laboratorio Gastronómico en Peñaranda y uno de los cocineros que, por mayoría de apoyos, se sitúa como cabeza de lista en el mundo culinario de relevancia y un cocinero que sabe, y no poco, vender lo suyo, la materia prima charra de calidad, aquí y allá.
Flores explica que el gran valor de la gastronomía salmantina tiene historia ya que “tiene protagonistas como los arrieros, quienes hacían la ahora conocida como Ruta de la Plata para obtener pastos para el ganado, mientras que la gente se movía por la comida…y esa comida que se ofrecía y tenían llevaba una idea clara, en Castilla solo los salazones y las mantecas conservaban los alimentos, de ahí que comenzaran a conservarse chorizos, lomos y quesos en tinajas de barro. De hecho, a los arrieros se los pagaba en ‘salarios’ que viene de sal y con ello los productos tratados de los que hablamos”.
Helio Flores asegura de su llegada a la cocina de nivel que “presumo de que hoy trabajo donde antes jugaba… mi padre me hacía bajar a sujetar las liebres y los conejos para poder desollarlos… pensaba que era un castigo, pero entendí que la gente no solo venía a casa a tomar un buen vino sino a comer bien… empecé a pensar en el futuro y me di cuenta de que la gente venía a tomar algo y a comer bien”
Desde ese momento, comenzaba una carrera fulgurante que tenía su gran explosión en Santa Marta de Tormes, en el año 2014, haciendo una creación con el café más caro del mundo, momento más que estudiado por Helio, sorprendiendo a público y jurado por su presentación y llamativa puesta en escena. De ahí llegaron los concursos de pinchos y la lanzadera comenzaba a ponerse en marcha para Helio.
Hoy, Helio Flores, como si de un general del ejército se tratara, cuenta las medallas conseguidas en todos estos años, contabilizándose cerca de 70 reconocimientos entre provinciales, nacionales e internacionales. Una cuestión sobre la que no parece sentirse sonrojado.
“La gente ha encontrado un trampolín social en la hostelería y la gastronomía, pero hay que entender que es nuestro trabajo, que no solo son los focos, es nuestro curro habitual” asegura Helio tras preguntarle por la radiografía del sector salmantino, algo sobre lo que suma que “lo que más me costó crear fue la tapa que simulaba los balines… fueron muchas horas y en el último momento decidí cambiarlo todo por añadir una presentación diferente en la que pudiera incluir la clarea, algo típico y único de Peñaranda. Fue algo increíble pero no dudé en hacerlo porque lo considero un valor”.
“Salamanca tiene un valor más que suficiente a nivel gastronómico por sí sola, con identidad propia mucho más allá de la rana y el astronauta; creo que debemos darle mayor valor a lo nuestro. Somos una cuna de la buena gastronomía, hacemos cosas sublimes con productos tan nuestros como el tostón, pero es importante que hagamos lo nuestro de lo nuestro. En Los Álamos nos peleamos cada día por hacer de la hostelería la gastronomía. Es algo que tiene mucho en común, pero que no se ve, apostemos por ello”.
A pesar de tanto recorrido, Helio sigue manteniendo la humildad que le ha caracterizado desde el colegio y hoy, con sus no pocas horas de vuelo, asegura que “nunca podré encontrarme entre los 50 mejores cocineros de la comunidad” algo que le rebatimos pero que, tal y como explica, “yo siempre le pondré ganas, fuerza y apuesta por los productos de mi tierra, defendiéndolo todo al máximo. Aunque no llegue, nadie me quitará la ilusión por el trabajo que hago cada día y lo que muestro en cada certamen”.