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Salamanca, riqueza desde las alturas

Salamanca, riqueza desde las alturas

Actualizado 13/03/2024 10:56

Ieronimus y Escala Coeli, dos ofertas turísticas que permiten conocer y disfrutar de la ciudad a vista de pájaro con unas panorámicas únicas

Salamanca vista desde las alturas permite disfrutar de una maravillosa perspectiva de la ciudad desde el punto más alto. Dos opciones para subir a lo más alto del cielo salmantino y deleitarse de este enclave único.

Ieronimus

Ieronimus es una de las opciones para ascender a lo más alto de Salamanca. Un hermoso recorrido para subir a las torres de la Catedral. Uno de los emblemas más representativos de la ciudad que, con sus 100 metros de altura, se imponen ante los visitantes.

La Torre de las Campanas, la segunda torre histórica más alta de España

El recorrido permite al visitante conocer el interior, la más profunda historia de su construcción, recorrer los 900 años de historia y de arte a través de la exposición documental Ieronimus. Permite pasear por los tejados de la Catedral, a través de una pasarela ubicada entre los dos templos, desde la que se puede casi acariciar la Torre del Gallo.

Un total de 11 estancias forman el recorrido, que finaliza en el punto más alto: la Sala de las Campanas, desde la que se pueden observar los cuatro puntos cardinales mientras resuenan las campanas.

El recorrido comienza en la Mazmorra. Esta sala tiene su origen en el carácter defensivo que se le atribuye a las dos torres de la Catedral. Tras ella, comenzamos la ascensión por unas breves escaleras a través de la Estancia del Carcelero, hasta llegar a la Sala del Alcaide. Una sala que recoge unas vistas únicas con un gran ventanal abierto a la Catedral Vieja. Desde allí, se pueden observar las 53 tablas policromadas que componen el retablo. En ella se puede contemplar uno de los más extraordinarios conjuntos de instrumentos aerófonos renacentistas.

La Sala de la Torre Mocha es la siguiente parada en el recorrido, se trata de una antigua atalaya defensiva almenada en el S. XVII y que recoge una colección de dibujos históricos de las torres. De ahí llegamos a la Sala Alta y posteriormente a la Sala de la Bóveda, considerada la Piedra Angular de la Catedral, se sitúa en el corazón de la Torre de las Campanas y fue apuntalada y reforzada en el siglo XVIII tras el incendio de 1705 y el terremoto de 1755 como soporte de la Catedral. Tras esta Sala, volvemos a la Alta para llegar a uno de los puntos más destacados del recorrido: la Terraza de la Torre Mocha. Este espacio permite observar el Conjunto Catedralicio en todo su esplendor. Desde los pies de las Torres de las Campanas descubrimos las almenaras de la Catedral Vieja y también el paisaje este, sur y oeste de la ciudad. Observamos el Puente Romano, el río Tormes, el Palacio del Obispo, la Iglesia del Arrabal, etc.

La Pasarela hacia la Torre del Gallo nos permite pasear por los tejados de la Catedral, a través de ella que une la Catedral Nueva y la Catedral Vieja. Desde allí podemos disfrutar del Patio Viejo a través de un ángulo privilegiado.

Continuamos el recorrido por la Triforio Catedral Nueva, un paseo desde el que vemos las columnas, bóvedas, cristaleras y todos los detalles de la misma. A través de una escalera de caracol del S.XVI llegamos al tejado de la Catedral Nueva para asomarnos a la Terraza de Anaya. En este punto del recorrido encontramos una nueva y única visión del conjunto catedralicio. Observamos, entre otras cosas, la Plaza de Anaya, el Convento de San Esteban, la Rúa, la Plaza Mayor y las dos Universidades que hay en la ciudad.

Seguimos ascendiendo ya en el último tramo del recorrido. A punto de llegar a la torre más alta de la ciudad, unas escaleras del caracol serán las encargadas de guiarnos en este último tramo. En mitad del mismo, encontramos la Sala del Reloj, un espacio donde aún se encuentra la maquinaria original, así como una musealización. Tras esta breve parada, continuamos la subida, ahora sí, hasta la última y más esperada estancia: la Sala de las Campanas. A sus 100 metros de altura, se trata de la segunda torre histórica más alta de España, por detrás de la Giralda de Sevilla. Desde aquí se puede observar Salamanca desde los cuatro puntos cardinales. Todo un auténtico privilegio.

Scala coeli

La segunda propuesta turística que ofrece Salamanca para conocer la ciudad desde las alturas es la subida a las Torres de la Clerecía, Scala Coeli. La Calle Compañía es el lugar donde comienza esta maravillosa visita que, ascendiendo por unas escaleras de madera se accede a los matroneos o tribunas, desde cuyos balcones se puede contemplar el interior de la Real Clerecía de San Marcos. Sin duda, un lugar privilegiado para admirar la belleza del altar mayor y el retablo barroco. Un espacio que a su vez se divide en tres salas donde se encuentran retratos y documentación antes de que el visitante se adentre en la subida hacia el punto más alto de la visita. El ascenso continúa por la escalera de acceso a las dos torres de la iglesia. La subida por la Escalera del Campanero está ambientada con una intervención de luz y sonido que no deja indiferente. Caminar entre ambas torres, una vez hemos ascendido hasta lo más alto, ofrece una maravillosa y única perspectiva del casco histórico de la ciudad.

Desde este punto se pueden observar maravillas arquitectónicas de la ciudad como la Catedral de Salamanca, Anaya, la Universidad de Salamanca, los barrios en la lejanía, etc.

Un edificio con mucha historia y que, en la actualidad, alberga a la Universidad Pontificia de Salamanca. Lo hace desde 1.617, por orden de la reina Margarita de Austria y Felipe III, era el principal centro para la formación de los jesuitas que posteriormente enviarían a las colonias de América y a los países protestantes del centro de Europa.

Dos opciones para disfrutar de la belleza de Salamanca desde lo más alto, descubriendo la riqueza monumental.