La provincia cuenta con tres rutas del vino delimitadas geográficamente por las Denominaciones de Origen Vitivinícola con las que cuenta: Tierra del Vino, Toro y Arribes
La provincia de Zamora cuenta con tres Rutas del Vino delimitadas geográficamente por las Denominaciones de Origen Vitivinícolas con las que cuenta: Tierra del Vino, Toro y Arribes. Propuestas de itinerarios turísticos que sirven para disfrutar de mucho más, con los cinco sentidos. Conocer el patrimonio, la cultura, dormir con vistas a la tradición y a la historia...
Disfrutar con el paladar, con el olor y el sabor de un buen vino entre viñedos y bodegas. Una experiencia única para vivir en familia, en pareja, solo o con amigos; cualquier opción es válida. La marca de calidad “Rutas del Vino de España” es su sello de identidad certificado por ACEVIN (Asociación de Ciudades del Vino de España) que reconoce treinta y seis en España, nueve en Castilla y León y tres en la provincia de Zamora.
Un recorrido que permite vivir una experiencia única y completa por la capital y su provincia. Viajar al pasado desde el románico hasta el modernismo, sumergirse en bodegas de elaboración de vino, observar los campos de cereal y descubrir territorios envueltos en la cultura enológica entre viñedos con historia. Una experiencia que se disfruta, donde se conocen los productos de primera mano, se charla con los artesanos y se forjan las verdaderas historias. El poder de fundirse en la cercanía y en la hospitalidad.
Distintas experiencias que “promocionan el destino turístico a través del enoturismo, la gastronomía, el patrimonio”, comenta Eva Gamazo, gerente de la Ruta del Vino de Zamora. Tres escenarios “completamente distintos y muy complementarios entre sí en una única provincia” que permitirán vivir una experiencia completa e inolvidable descansando en alojamientos con encanto.
En el enoturismo, el vino es parte esencial de la propuesta. La cultura del vino, la arquitectura y el paisaje que lo rodean se unen para formar uno, para transmitir la esencia de una región por medio de la vinculación a este producto. Una oportunidad para que el turista aprenda sobre la historia, la producción y el placer del vino desde la experiencia. Un turismo de experiencias inmersas en los medios rurales que está “en auge, el turismo enogastronómico y el turismo rural, de cercanía”.
Enclavado en el área de influencia del Duero se encuentra la Tierra del Vino, 56 municipios que van más allá de la capital -10 en la provincia de Salamanca y 46 en Zamora-. Viñedos de cepa vieja, bodegas familiares y tradicionales, obradores artesanos, queserías, y alojamientos con historia: el lugar ideal para disfrutar de espacios perfectamente conservados que mantienen la esencia del pasado. Desde el Románico del siglo XI hasta el Modernismo del siglo XX, rodeado de paisaje tradicional castellano, con viñedos centenarios y campos de cereal entrelazados con la Vía de la Plata.
También a orillas del Duero, entre las provincias de Zamora y Valladolid, se encuentra la Ruta del Vino de Toro con diferentes bodegas y establecimientos que ofrecen experiencias que dejan huella. El territorio de la tinta de Toro es la alternativa perfecta para una escapada de turismo de interior, en una zona repleta de historia, patrimonio que hay que visitar como la Colegiata de Toro, o recorrer alguna de sus bodegas subterráneas y disfrutar de su gastronomía.
Al lado opuesto, se localiza la Ruta del Vino de Arribes que transcurre entre las provincias de Salamanca y Zamora, frontera con Portugal. Enclavada en el Parque Natural de Arribes del Duero y Reserva de la Biosfera Meseta Ibérica, un paisaje sobrecogedor de ciento ochenta kilómetros de cañones fluviales en contraste con la penillaura que ha generado un microclima ideal en el que se encuentran variedades de uva únicas en el mundo. Un paraíso cobijado entre cañones de granito y rocas metamórficas que perfilan el río Duero.
Tres regiones vitivinícolas diferentes, con “matices que los enriquecen en las elaboraciones de sus vinos, de su gastronomía, de sus paisajes y de su patrimonio arquitectónico y cultural”. Viajar a las Rutas del Vino en Zamora, es conocer la provincia de una forma distinta a través de sus artesanos, sus habitantes, sus lugares históricos y su naturaleza sumando experiencias descansando en lugares con encanto. Un tipo de turismo que permite vivir la herencia y la tradición vinícola, costumbres arraigadas y gentes acogedoras.
Una inmersión completa y un viaje fascinante por la provincia de Zamora. "Es otra manera de experimentar, de recorrer y de disfrutar, una excelente forma también de fijar población en las zonas rurales. Ver la capital y su provincia supone un plan perfecto para complementar una visita turística en tres o cuatro días de estancia en el territorio".
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